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Estados Unidos de America c/ McDermott, James J Jr.

Estados Unidos de America c/ McDermott, James J Jr.

Sumarios:
1.- En los delitos de "conspiración para cometer otro delito", el Ministerio Público debe probar que cada miembro de la asociación acordó participar para beneficiarse con la obtención objetivo en común. Los co-conspiradores no necesitan estar de acuerdo en cada uno de los detalles del plan pero si en su esencia.
2. El imputado McDermott no puede ser parte una conspiración para cometer un delito cuando el no consintió suministrar la información a terceros que posteriormente la aprovecharon.
3.- Dada la naturaleza del delito de Insider Trading y por el hecho de que se discute información privilegiada y de difícil acceso, es admisible la condena en base a pruebas circunstanciales.
Marzo, 29 del 2001.
HECHOS:
El presente litigio surge en torno al triangulo amoroso entre el presidente de un prominente Banco de Inversión, una actriz de cine pornográfico y un hombre de negocios de la ciudad de New Jersey.
Hasta el año 1999, el demandado McDermott era, el presidente, CEO y chairman the Keefe Bruyette y Woods (“KBW en adelante), un Banco de inversión con casa matriz en Nueva Cork que se dedica principalmente a fusiones y adquisiciones. Alrededor del año 1996 McDermott se involucra sentimentalmente en una relación extramatrimonial con Kathryn Gannon una Actriz de cine porno también conocida en el medio como “Marylin Star”. Durante el transcurso de la relación el demandado le hizo varias recomendaciones financieras a Gannon. Esta última a su vez mantenía otra relación con Anthony Pomponio ,el cual recibió la información dada por McDermott a Garnon. Ni Pomponio ni Garmont tenían ningún tipo de experiencia en inversiones o transacciones bursátiles pero aún así gracias a la información suministrada por la accionada consiguieron una ganancia de U$S170.000 .
Por los presentes actos el gobierno de los Estados Unidos decidió acusar a McDermott, Gannon y Pomponio del delito de conspiración para cometer Insider Trading basandose en que la información suministrada por el primero se encontraba era privilegiada y por lo tanto reservada al público .
La evidencia presentada apuntó principalmente a tratar de demostrar la relación entre McDermott y Gannon y las actividades bursátiles de Pomponio. El ministerio público presentó pruebas circunstanciales tales como, llamadas telefónicas entre los imputados y algunos documentos de donde resultaban las actividades bursátiles del co-demandado Pomponio. El estado logró demostrar una relación temporal entre el momento en que McDermott se comunicaba con Gannon y las transacciones efectuadas por Pomponio. McDermott fue encontrado culpable y condenado a ocho (8) meses de prisión, a una libertad supervisada por dos años y finalmente a pagar una fianza de $25.000.
DISCUSIÓN:
McDermott apeló la sentencia y expresó que no existe suficiente evidencia para ser condenado.
Cabe recordar que “ El imputado que cuestiona la inteligencia de la prueba, debe aportar muy fuertes y consistentes argumentos para desvirtuarla… (United States v. Pipola, 83 F.3d 556, 564 [2d Cir. 1996]; ver también United States v. Gore, 154 F.3d 34, 39-40 [2d Cir. 1998].
Cuando un tribunal de apelación revisa la apreciación de las pruebas efectuada por un tribunal inferior , “este debe hacerlo en forma restrictiva, fallando siempre a favor del recurrido cuando tuviese dudas (United States v. Shareef, 190 F.3d 71, 76 [2d Cir. 1999] (en cita a United States v. Allah, 130 F.3d 33, 45 [2d Cir. 1997]).
En estos casos pesa sobre el apelante la obligación de demostrar “ de que el Ministerio Público o el Querellante no han aportado ´elementos racionales´ tendientes a acreditar la existencia del delito mas allá de la duda razonable (United States v. Jones, 16 F.3d 487, 490 [2d Cir. 1994] (en cita de Jackson v. Virginia, 443 U.S. 307, 319 [1979]. Estos principios deben aplicarse tanto a la prueba directa como a la prueba circunstancial (ver fallo Gore , 154 F.3d at 40).
Abordando el análisis de la cuestión desde la perspectiva restringida que hemos establecido entendemos que la evidencia aportada resulta insuficiente para condenar a McDermotts por el delito de Conspiración para cometer, pero suficiente para los cargos de ofensas en Insider Trading.
1) Delito de Conspiración para Cometer:
En orden de acreditar la existencia de este tipo, el Ministerio Público debe probar de que cada miembro de la conspiración acordó participar para beneficiarse con un objetivo en común. Los co-conspiradores no necesitan estar de acuerdo en cada uno de los detalles del plan pero si en su esencia. (United States v. Maldonado-Rivera, 922 F.2d 934, 963 [2d Cir. 1990]). Hemos reitreado en diversas oportunidades que lo fundamental en la conspiración para es el acuerdo para cometer el delito no la comisión por si misma.” (Gore, 154 F.3d at 40 [en cita United States v. Abel, 258 F.2d 485, 489 (2d Cir. 1958), aff'd on other grounds, 362 U.S. 217 (1960)]; Ver also United States v. Walker, 142 F.3d 103, 112 [1998]).
Ha sido también reiteradamente afirmado por este Tribunal que “ Solo puede imputársele al acusado los hechos en que ha acordado participar de acuerdo a lo que este hubiese entendido, Si posteriormente la operatoria cambia, el acusado solamente resulta responsable por lo actos que ha acordado colaborar (United States v. Peoni, 100 F.2d 401, 403 [2d Cir. 1938).”.
A pesar de los consistentes principios citados, el Ministerio Público nos pide que que redefinamos el concepto de “conspiración para cometer” abarcando no ya el acuerdo para sino el proposito.
El Ministerio Público alega que desde la perspectiva de Gannon y Pomponio pero no desde la de McDermott, existía un único y común plan para cometer el delito de Insider Trading de acuerdo a la información suministrada por este último. Siguiendo esta linea de razonamiento, entonces McDermott fue parte de una conspiración para cometer un delito aún cuando el no consintió suministrar la información a Pomponio.
El argumento del Estado no tiene asidero y ya ha sido resuelto en otros precedentes (ver United States v. Carpenter, 791 F.2d 1024 (2d Cir. 1986), aff'd, 484 U.S. 19 [1987]).
En el fallo citado, revocamos la sentencia de primera instancia donde se había condenado al acusado Winans del delito de insider trading y "conspiración para". Winans era un periodista del Wall St. Journal que resultó acusado de concertar con dos amigos la apropiación de información confidencial para usarla en beneficio propio. Lo cierto era que Winans había suministrado cierta información a uno de sus amigos Felis, y este último sin que el primero lo supiera se la transmitió a un tercero llamado Spratt el cual la utilizó en provecho de ambos. Al no tener conocimiento Winnans de esa situación, entendimos que Felis se había extralimitado en el plan original y por lo tanto Winnans no resultaba responsable.
En el caso Carpenter planteamos tres posibles actitudes del demandado en tono al hecho que son susceptible de ser repetidas aquí: Primero que Winans tenía pleno conocimiento del destino que sus amigos darían la información. En segundo lugar que si bien no tenía conocimiento efectivo de la operación, debió haberlo r previsto como consecuencia natural de su acuerdo con Felis. Por útlimo que al menos Winans debía tener conocimiento de la relación Felis – Spratt.
Entendemos que ninguna de esos presupuestos es aplicable al presente. No se ha aportado ningún principio de prueba que permita sugerir que McDermott tenía conocimiento de que el plan podía involucrar a una tercera persona. Lo cierto es que McDermott y Gannon mantenían una relación amorosa y que el primero no tenía por que sospechar que la segunda iba a transmitir la información obtenida a terceros que podían tener cierta experiencia en transacciones comerciales.
En este sentido nos rehusamos a admitir cualquier presunción que entienda que un tramposo (en ingles se utiliza el termino Cheating Herat) deba reconocerá otro tramposo (idem). De hecho, el único motivo que McDermott tenía para sospechar de Gannon, resultba de al circunstancia de que esta era una prostituta, evidencia que justamente la Corte de Distrito rechazó formalmente. Es más de acuerdo a las pruebas agregadas resulta que McDermott ni siquiera tenía conocimiento de la existencia de Pomponio.
Consecuentemente, entendemos que ningún jurado hubiese podido encontrar culpable a McDermott fuera de toda duda razonable que Pomponio era culpable del delito de conspiración para cometer Insider Trading. Por todos los fundamentos expuestos se decide revocar las sentencia apelada en relación al presente punto.
II) Delito de Insider Trading:
Par aprobar la comisión del delito de Insider Trading, el estado debió acreditar que McDermott transmitió información confidencial a Gannon en violación de sus obligaciones empresariales (Ver United States v. O'Hagan, 521 U.S. 642, 651-52 (1997); United States v. Cusimano, 123 F.3d 83, 87-88 [2d Cir. 1997]).”. McDermott alega que el Ministerio Público fallo en presentar pruebas que acreditan fuera de una duda razonable que el había suministrado información reservada. Adelantamos que no coincidimos.
Abordada la cuestión desde la perspectiva que resulta mas favorable al gobierno (el recurrido), lo cierto es:
1) Que McDermott y Gannon mantenían un affair que involucraba una incesante serie de comunicaciones telefónicas.
2) Que Gannon que hasta ese momento era una amateur en lo que se refiere a las transacciones bursátiles, había abierto una cuenta a tales efectos con dinero suministrado por McDermott
3) Que durante el período del affair, Gannon realizo cerca de 21 operaciones bursátiles en diferentes bolsas.
4) Que Gannon siendo una amateur fue bastante exitosa en el manejo de las transacciones.
5) Que las conversaciones que mantenían McDermott y Gannon coincidían con el momento en que se realizaban las transacciones.
Si bien, el ministerio Público no logró presentar evidencia directa del contenido de las conversaciones entre ambos, entendemos que por los motivos expuestos puede inferirse el mismo. En este tipo de procesos donde por la naturaleza del delito y por que por general se discute información privilegiada y de difícil acceso, es admisible la condena se base en pruebas circunstanciales (conf. United States v. Morrison, 153 F.3d 34, 49 [2d Cir. 1998]).
Por lo tanto entendemos que existen suficientes elementos para condenar al imputado, por lo que la sentencia se confirma en este punto.
Nota: Resto de los Agravios no se publica.

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